Derbi de altos vuelos en el Montecillo(1-1)


Tornadijo volvió al Montecillo como técnico Burgalés

Todavía habrá inconformistas que digan que el partido no fue bueno en cuanto a calidad, intensidad, combinaciones y ocasiones. A veces esos inconformistas coinciden con los gustos futbolísticos que predicaban los anteriores inquilinos de los banquillos. Tanto De los Mozos como Rivero han sumido a esta provincia a presenciar partidos pobres basados en el fallo del rival y demasiada cautela. Método tan lícito como otros pero aburridísimo para el espectador. Eso se acabó. Tornadijo y Zapatera lo avisaron y lo cumplieron. Demostraron que hay otra forma de ver este deporte. Mirando más la portería contraria que no la propia. Buscando posesiones largas de balón o comenzar la presión al rival en campo contrario, con las líneas de centrales lo más arriba posible.

Salió el Burgos más centrado y creando peligro. Fue a partir del minuto 15 cuando la arandina acopló sus piezas. José Ángel (espectacular su partido) y Marquitos empezaron a superar a Maureta y Jacobo en la medular. Los blanquiazules comenzaron a llegar al marco rival pero una vez más adolecieron de falta de puntería. Ni siquiera Gallego (pichichi del equipo) conseguía ver puerta. La Arandina robaba el balón al Burgos de manera sistemática y cerca del área capitalina. Las ocasiones se sucedían pero sin premio. Adri, José Ángel y Ayrton tuvieron las más claras.
Los cambios de la Arandina refrescaron la medular
Hugo Salamanca es un pedazo de goleador. No me extrañaría que este jugador fuera el hombre que el Burgos necesita para los playoff y ascender. Marcó el gol, otro cabezazo al larguero y Alex sacó dos manos de esas que sólo Casillas y él saben hacer. El gol del empate lo hizo en propia meta el otro mejor jugador del Burgos. Colina en un desafortunado remate de cabeza introdujo un centro de Adri en la portería. Un empate que deja a los dos equipos insatisfechos, y aunque la Arandina mereció más premio, por insistencia y juego, su falta de acierto se lo impidió.
Fotos cedidas por Andrés Martín

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