Tropezando en la misma piedra

    Tras la conjura famosa en la semana del derbi. La Arandina parecía haber cambiado de actitud. Los partidos contra Lermeño, Bembibre e Íscar fueron buenos. El equipo salió a buscar la victoria desde el principio. Sin embargo, ayer, parecía que el efecto “conjura” se había disipado. Para empezar, el empate del miércoles en La Granja. Un equipo descendido que puso en problema a los arandinos. Ese tropiezo no hubiera sido grave, si no fuera por lo visto en el Montecillo. La escuadra ribereña parece volver a las andadas. Un equipo desmotivado, plano sin juego de toque en la medular. Marcos es un gran central pero un mediocre mediocentro. Rivero parecía haberse dado cuenta de ello los partidos anteriores, pero ha vuelto a tropezar.
    Dicho esto, la culpa no sólo es de Rivero, ni de Marcos. El clima que se respiraba en el campo era raro. Nunca he sido partidario de los prolegómenos largos antes del partido. Me parece muy bien que se apoyen causas solidarias, pero creo que el momento del descanso es más apropiado. El equipo arandino salió sin tensión. La Arandina estaba partida por la mitad. Se veía que no era el día idóneo para el sistema con tres delanteros. Gustavo, Xabi y Ayrton apenas recibían balones, porque el Tordesillas se hizo con el balón en el medio del campo. Rivero lo notó y sustituyó a Ayrton por David Alonso en el descanso, pero no era el día. Siguió metiendo aire fresco con centrocampistas, Francis y David Marcos. Pero cuando uno no sale desde el principio con las ideas claras suelen pasar estas cosas.
   Creo que la arandina se va a meter en play off y que lo hará como tercera. Algunas veces he culpado a Rivero como único responsable de algunos planteamientos, pero sinceramente creo que ante el Tordesillas la culpa fue más de los jugadores.

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